Huracán_Odile
Foto: http://noticias.univision.com/article/2094022/2014-09-16/mexico/noticias/el-huracan-odile-dejo-poblaciones-incomunicadas

Dos semanas después de sufrir el peor huracán de los últimos 30 años, Baja California Sur, ha quedado con el servicio restablecido, de telefonía, de luz y de agua.

El día 15 de septiembre de 2014 el huracán Odile destruyó la infraestructura turística, hidráulica, eléctrica y aeroportuaria del Estado de Baja California Sur. Entró de lleno a la península con vientos de 260 kilómetros por hora, fue un huracán de categoría tres, golpeó durante siete horas continuas.

La prensa nacional reportó los daños: 534 torres de transmisión eléctrica derribadas, 1353 transformadores se dañaron, se cayeron las antenas de Telmex y Movistar, los ductos para el agua totalmente destrozados, la carretera peninsular que va de La Paz a Los Cabos intransitable, más de 2000 casas dañadas, hoteles destruidos en alto porcentaje y, como siempre, los marginados con casas de cartón se quedaron totalmente abatidos.

El periódico Reforma presentó un cuadro con los costos de los desastres producidos por Wilma, Ingrid y Manuel, huracanes que han golpeado en distintas zonas de México. En 2010 tuvimos costos de más de 101,000 millones de pesos, en 2013 de 61,003 millones de pesos. Se estima que en este 2014 los costos de estos desastres puedan superar a los del año anterior.

 

Es lamentable, pero debemos reconocer que en estas circunstancias surge el robo y el aprovechamiento de muchos “vivales” que saquearon comercios y residencias abandonadas. Hasta el Coordinador de Protección Civil Municipal en Cabo San Lucas fue encontrado teniendo en su casa motocicletas, televisores, vajillas, hornos de Microondas, ventiladores de techo, aparatos de aire acondicionado, etc.

En el momento en que entra el huracán Odile había en la zona hotelera más de 32,000 turistas. Los resguardos elegidos no resultaron tan seguros debido a la enorme fuerza del meteoro.

Eso es lo que pasó, lo que dañó y costó. Pero, ¿cuál fue la respuesta de las autoridades?

Tenemos que reconocer hechos conocidos por medio de la prensa. Primero, el Presidente Enrique Peña Nieto se traslada de inmediato a la zona de desastre, acompañado de sus ejecutivos del gabinete, vinculados al tema. Esto hace que el Presidente no pueda acompañar a sus invitados a la cena acostumbrada después de celebrar la ceremonia y pronunciar “El Grito de la Noche del 15 de septiembre”.

El Presidente llega y asigna responsabilidades. Les establece compromisos con fechas límite. Los presiona acortando tiempos por motivos de urgencia.

Es de esperar que los turistas sorprendidos por el huracán no hayan quedado del todo conformes, pero la mayoría fue trasladada a ciudades seguras con aviones y helicópteros del ejército y fuerza aérea.

El director de la Comisión Federal de Electricidad desplazó a 6000 trabajadores hacia Baja California Sur para restablecer el servicio eléctrico. El Secretario de Comunicaciones y Transportes concentró el máximo de recursos a su disposición para restablecer carreteras y aeropuertos. El director de la Comisión Nacional del Agua logró restablecer el suministro de agua potable, en un alto porcentaje del Estado. Brigadas de salud atienden daños personales. La Secretaria de Turismo se concentró en la rehabilitación de los cuartos de hotel para albergar a los turistas.

En síntesis, en tiempo récord de dos semanas, se puso de pie al Estado en sus ciudades más importantes, especialmente La Paz y Los Cabos. Eso se debió a que más de 20,000 trabajadores al servicio del estado fueron trasladados de distintas partes para entrar en acción, cada uno de ellos para llevar a cabo labores relacionadas con su adscripción laboral.

El 15 de octubre comienza la temporada alta en la zona de Los Cabos y el propósito básico es recibir a los turistas en las mejores condiciones. Pero primero, hay que generar la confianza suficiente para que no comiencen a llegar las odiosas cancelaciones.

En fin, el esfuerzo realizado y los resultados obtenidos, en tan breve lapso, son dignos de admiración. Así como nos llenamos de crítica cuando las cosas se hacen mal, no podemos dejar de reconocer el mérito que tienen estos hombres y mujeres dedicados a rehacer los destrozos de Odile.

El liderazgo orquestador está en plena ejecución, pues, cuando el guión está claro y cada especialista conoce su responsabilidad, lo único que hace falta es un líder que los convoque y los lance a la ejecución. Si la partitura está escrita, la armonía organizacional es una consecuencia natural.

 

¡HASTA EL PRÓXIMO MIÉRCOLES!

 ¡QUE LA FUERZA DE TU INSPIRACIÓN IMPULSE TUS PROYECTOS!

 

Alfredo Esponda Espinosa
alfredo-esponda@cencadedigital.com

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