De 1981 a 2001 el CEO de la General Electric fue Jack Welch. Es reconocido ampliamente como el arquetipo de la administración de la última década del Siglo XX. Los resultados notables obtenidos se sintetizan en un solo dato elocuente. Llevó a la GE de una facturación de 26,000 millones a 130,000 millones de dólares anuales (400%). En 1981 la GE ya había acumulado 20 años de estancamiento y la preocupación de los accionistas estaba a punto del desborde.
Lo que deseo hacerte notar es que Jack Welch se ha hecho acreedor a reconocimientos innumerables por su estilo gerencial, por ello ha sido estudiado con profundidad y frecuencia. A México ha venido en varias ocasiones para participar en distintos foros de alta relevancia.
¿Cómo lo logró? Con una filosofía gerencial aplicable en nuestro tiempo. Él afirma: “lo que se busca son equipos triunfadores. Para eso el área de recursos humanos debe ser tan importante como el área de finanzas; así reconocerá las fortalezas, debilidades y ventajas del personal y cómo apoyarlo en su desarrollo, lo que finalmente se traducirá en el desarrollo de la empresa a largo plazo”.
Jack Welch siempre se hizo acompañar de su director de recursos humanos cuando visitaba alguna de las múltiples plantas de la GE. Sus convicciones están fuera de toda duda “antes de que seamos líderes, el éxito depende de nuestro desarrollo personal. Cuando ya estamos convertidos en líderes, el éxito depende del desarrollo de los demás”.
Dos años antes de retirarse inició el proceso de seleccionar sucesor. Comenzó con más de 20 candidatos muy cualificados para sucederlo. Quedaron 5 y luego 3, la decisión favoreció a Jeff Inmelt, el actual CEO de GE. Sin embargo, los finalistas no elegidos fueron buscados para dirigir empresas tan importantes como la propia GE.
El desarrollo directivo que consiguió fue tan impresionante que muchos directores de empresas de primera magnitud asistían a Crotonville, el Centro de Desarrollo Directivo, para conocer sus métodos y ponerlos en práctica en sus respectivas empresas.
El área negra de Jack Welch, y que se ha difundido más, es su implacable política de despedir cada año al 10% más ineficiente para volver a reclutar y capacitar con mayores niveles de exigencia. Él se justifica afirmando: “sacar una empresa desde sus niveles más bajos, requiere personal del máximo nivel de capacidad, plenos de entusiasmo y confianza en sí mismos”.
Ésta es tan sólo una de las líneas de su notable estilo gerencial, denota una determinación apoyada en un compromiso lleno de valor y energía. No cualquier ejecutivo se la juega para despedir anualmente al 10% de incompetentes de su empresa, por comodidad y por navegar en nuestra zona de confort acabamos aceptando como irremediable lo que sí tiene solución.
Estimado amigo lector
¿Tendrás el valor y la energía para aplicar esta sencilla práctica gerencial?
Si tienes un compromiso con la grandeza, tal vez deberías comenzar hoy mismo. Piénsalo.
Alfredo Esponda Espinosa
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