Berkshire es una de las empresas más impresionantes si se trata de predecir los movimientos de la Bolsa de Valores de Nueva York y de anticipar el éxito de empresas nacientes, su primera apuesta fue nada menos que Coca Cola y hoy cuenta con un conglomerado de 70 empresas de diversos tamaños. Impresiona más saber que su Presidente, el célebre Warren Buffett, lo dirige acertadamente a los 83 años de edad y asombra más el saber que su mano derecha analítica y conceptual, el Vicepresidente Charles Munger, es un estudioso de 89 años de edad. Ambos están preparando diversos sucesores, pero no tienen planes para retirarse.
De la misma manera vale la pena recordar a Rubinstein interpretando magistralmente al piano a Chopin a sus 90, Pablo Casals con su violonchelo a los 95 (murió a los 97), Pablo Picasso pintando a los 90 (murió a los 92), y así, algunos otros grandes.
La gran lección que tenemos a la vista:
La edad avanzada puede ser rica en productividad y éxito si nos mantenemos en aprendizaje constante.
Resulta inspirador conocer estos casos porque nos marcan una línea de perseverancia y dedicación, que no es en vano, sino a cambio de extender la vida gozándola en la esencia de su pasión.
En el tiempo que nos toca vivir contamos con recursos, que antes no existían y que hoy nos permiten aprovechar el acceso a las bibliotecas más grandes del mundo y, mejor aún, a cursos especializados de todos los temas y mantenernos en preparación constante, para cultivar una afición o una especialidad que nunca termina de culminarse, siempre hay algo novedoso en todos los campos del saber.
Hay personas que sienten dominar todo lo que respecta a su actividad, sean ventas, administración, logística, informática, ingeniería, medicina, etc., etc.; y lo peor, no hay manera de abrirles la visión hacia el futuro, están congelados en el presente. La convicción de que saben todo sobre su actividad los mantiene atados con grilletes invisibles.
La moraleja es que los maestros de edad mayor, mencionados líneas arriba, alcanzaron edades avanzadas gracias a que mantuvieron prendida la llama de su pasión y en ningún momento se rindieron ante los obstáculos que les puso la vida. Por ello, continuar cultivándonos hacia el dominio y la actualización es un compromiso con nosotros mismos, en aras del placer y el crecimiento intelectual y espiritual.
Hace unos días pasaron en la TV un reportaje sobre un maestro de 92 años, de quien no tuve la precaución de aprenderme su nombre completo, que trabaja ejemplarmente en la Vocacional del IPN, Ing. Luis Enrique Erro, él tiene más de 20 años jubilado y sigue trabajando porque pidió que lo dejaran hacerse cargo de la biblioteca, en la entrevista mencionó algo entrañable:
Cada mañana despierto y me dan ganas de quedarme
otros minutos en la cama, pero la conciencia me dice
“levántate Manuel, el deber te llama”
Encantador, ¿no es cierto?
¿Qué estás haciendo tú para cultivar y mantener viva tu pasión?
Alfredo Esponda Espinosa
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